07 febrero 2007

Driver

Realmente, antes de venir a Jo’burg, pensaba que la gente iba a conducir de manera más animal, pero que va. Yo lo compararía al modo de conducir de un andorrano. El hecho de no disponer de una buena red de transporte público (excepto taxi-bus que ya comentaré más adelante) hace que haya tantos coches como habitantes mayores de 18 años y se formen unos embotellamientos de espanto. Por eso, cuando tienen o tenemos (me incluyo) la oportunidad de apretar un poco más el acelerador lo hacemos sin miramientos cual andorrano bajando de compras al Ikea de Barcelona. Pero en general la gente conduce bien salvo excepciones, como en todas partes.

Precisamente una de las excepciones son los taxis (tipo vanette, pero a la africana). En general, la gente de color o “blacks”, como se les llama aquí, no se pueden permitir tener un coche y se apelotonan todos en estos taxis. Normalmente, cuando vas circulando ves a los blacks en el arcén esperando a que pase uno. Cuando finalmente lo hace el taxista pita y el viandante, que pronto dejará de serlo, levanta el dedo índice señalando que está dispuesto a subirse. Bueno, pues a lo que iba, esta gente conduce como verdaderos kamikazes. No usan los intermitentes para nada, frenan bruscamente y se incorporan de nuevo simplemente sacando el brazo, como si eso les diera licencia para hacer lo que quieran. Sudáfrica es el país, si no el primero, de los top 5, con más muertes de circulación del mundo y en mi opinión, gran parte de este “merito” es atribuible a estos taxis, ya que cuando chocan lo hacen con 8 personas más en el taxi.

El problema de los taxis realmente se encuentra en la regulación del sector. El otro día salía a primera plana en el Star (uno de los periódicos de más tirada) el estado de muchos de estos taxis. A mi me llamó mucho la atención uno en concreto que llevaba una botella de agua de 330ml. haciendo de depósito del líquido de frenos o, por ejemplo, el otro día vi con mis propios ojos como uno de estos taxis tenía el eje delantero como un palmo desviado respecto del trasero. En mi opinión todos estos vehículos deberían pasar un control cada 6 meses, aparte de obligar a los conductores a pasar exámenes regulares de circulación. Pero el verdadero problema de fondo, como decía, es la regulación del sector: estos taxis no son de propiedad, sino que son de mafiosos que poseen entre 200 y 300 taxis y hacen pagar 3.000 ZAR (340 EUR aprox.) mensuales a los taxistas. Estos tienen que buscarse la vida para pagar esta cantidad (gasolina aparte) para empezar a ganar algo de dinero y claro antes un problema mecánico lo mejor es hacer una chapucilla tipo Pepe Gotera y Otilio, poniendo en peligro así a todos los pasajeros.

Otra excepción, esta puntual, es cuando llegas a un cruce con semáforos porque parte de los coches que vienen de frente quiere girar y cruzar por tus dos carriles, pero tienen que esperar a que no venga nadie y lo mismo para el sentido en el que vas. De hecho funciona de manera parecida a Alemania con la diferencia de que allí, los que quieren girar tienen su turno para hacerlo. En Sudáfrica no y el problema es que mayormente las calles en las que se encuentran estos cruces son de dos o tres carriles y la gente conduce más bien rápido, o si me lo permitís, follada. Podéis haceros una idea del acojone al encontrarse uno en medio del cruce, teniendo a uno delante cruzado (que quiere girar en sentido opuesto) y con la presión de tener que cruzar esos dos o tres carriles, ya que tienes a varios coches detrás que también quieren girar.

Por otro lado, para un Europeo, o debería decir para un “rightside driver”, aun es más difícil. Cuando llegas al cruce tienes que mirar en primer lugar a la derecha, pues los coches que vienen más cerca vienen por ese lado, y luego a la izquierda. Pues esa fue mi primera lección al llegar al primer cruce. Casi me estrello o me estrellan.

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